Al presentar esta semana los resultados de la Gran
Encuesta Integrada de Hogares[1], el Departamento
Administrativo Nacional de Estadística, Dane, destaca que pese a que la tasa de desempleo pasó del 10.8% en enero
de 2015 a 11.9% en enero de 2016, la tasa Global de Participación[2]
fue la más alta de los últimos 16 años (64.5%), y la tasa de ocupación[3]
permaneció alta y estable (56.9%).
Resalta igualmente el Dane que en enero de este año 265.000 colombianos
más encontraron empleo y que el comercio, las actividades inmobiliarias y los
servicios, fueron las ramas que más jalonaron la generación del empleo en el
país, donde en total hay 21,4 millones de personas ocupadas.
Lo primero que hay que
decir es que las actividades que están dinamizando el empleo en Colombia,
manejan un alto porcentaje, si no de informalidad, por lo menos de empleos poco
estables o por prestación de servicios (sin vinculación laboral para que las
empresas se ahorren las prestaciones sociales). Por otro lado, bien habla el Dane
de personas ocupadas, pues, desde el punto de vista estadístico, tan ocupado
está quien figura vinculado laboralmente a una empresa, como el que tiene un
contrato de prestación de servicios -modalidad muy socorrida en el comercio,
donde la persona gana comisiones por ventas- como también se considera ocupado
quien trabaja informalmente e
incluso quien está buscando trabajo, de
un lado para otro, al momento de hacer la encuesta.
Es bueno en este punto,
antes de continuar, dar un vistazo a los mismos conceptos oficiales que maneja el Dane:
Población en edad de trabajar (PET): Está constituida por las personas de 12 y
más años en la parte urbana, y de 10 años y más en la parte rural.
Población económicamente activa (PEA): También se llama fuerza laboral y son las
personas en edad de trabajar, que trabajan o están buscando empleo. Esta
población se divide en:
Ocupados (O): Son las personas que durante el período de
referencia se encontraban en una de las siguientes situaciones: 1. Trabajó por
lo menos una hora remunerada en la semana de referencia. 2. Los que no
trabajaron la semana de referencia, pero tenían un trabajo. 3. Trabajadores sin
remuneración que trabajaron en la semana de referencia por lo menos 1 hora.
Desocupados (D): Son las personas que en la semana de
referencia se encontraban en una de las siguientes situaciones:
1. Desempleo abierto: a. Sin empleo en la semana de referencia. b.
Hicieron diligencias en el último mes. c. Disponibilidad.
2. Desempleo oculto: a. Sin empleo en la semana de referencia. b.
No hicieron diligencias en el último mes, pero sí en los últimos 12 meses y
tienen una razón válida de desaliento. c. Disponibilidad.
Subempleo
El
subempleo subjetivo: Se refiere al deseo manifestado por el
trabajador de mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una
labor más propia de sus competencias personales.
El
subempleo objetivo: Comprende a quienes tienen el deseo de
mejorar sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor más
propia de sus competencias personales; pero además han hecho una gestión para
materializar su aspiración y están en disposición de efectuar el cambio.
Cortesía El Espectador |
En lo que concierne al
subempleo, el Dane acoge una resolución de la Organización Internacional del
Trabajo, OIT, que define dos tipos de subempleo: subempleo por insuficiencia de
horas, que existe cuando las horas de trabajo de una persona ocupada son
insuficientes, y las situaciones de empleo inadecuado, que obedecen a otras
limitaciones en el mercado de trabajo que coartan las capacidades y el
bienestar de los trabajadores.
Dice la OIT que toda
persona puede encontrarse simultáneamente en estas dos formas de subempleo. De
acuerdo con la reciente medición del Dane, en Colombia, 6.815.000 personas se
encuentran en la categoría de subempleo subjetivo y 2.867 son subempleados
objetivos.
Por otra parte, dice el
ente estadístico, que en el trimestre móvil noviembre 2015- enero 2016, los
empleados particulares aumentaron 1.8% (léase vinculados laboralmente) y el
número de trabajadores por cuenta propia (léase trabajadores informales o
quienes están en el ´rebusque´) aumentó 3,2% frente al mismo período del año
anterior. Sin embargo, los empleos formales[4]
que se están generando, están localizados en sectores como comercio, hoteles y
restaurantes, actividades inmobiliarias, agricultura y ganadería, mientras que
la generación de empleo decrece -según dice el Dane- en actividades como
construcción (donde el empleo si bien es formal, se elaboran contratos de
acuerdo a la duración de las obras), transporte, comunicaciones y la industria
manufacturera.
En el caso de este reglón
de la producción, el empleo que generó en el trimestre móvil noviembre de
2015-enero de 2016, bajó el 0.6%, lo cual demuestra la inutilidad de una
reciente medida gubernamental (última reforma tributaria) en la que se redujo
el impuesto de renta a las empresas para que generaran empleo, como también lo
había hecho Uribe con su reforma del año 2002, que lo que único que hizo fue
incrementar la informal laboral, aunque seguramente las empresas mejoraron su competitividad.
Y es que eso es lo que persiguen medidas de corte neoliberal como esas, mejorar
la posición competitiva de las empresas y no generar empleo; pues está
comprobado que -independientemente de su carga impositiva, las empresas aumentan
el personal sólo si crece la demanda de sus productos y/o servicios (En
Colombia o en el exterior), no si dadivosamente el gobierno de turno les baja
los impuestos.
Todo ello no significa sino una sola cosa, que el empleo en Colombia es
cada vez más precario, sin el mínimo de garantías. Eso se ratifica con el
siguiente dato del organismo gubernamental: “La población ocupada en los
centros poblados y rural disperso fue 4,9 millones de personas, con un aumento
de 4,2% frente al período noviembre 2014-enero 2015. La rama de agricultura,
ganadería, caza, silvicultura y pesca absorbió 60,5% de la población ocupada,
seguida de la rama comercio, hoteles y restaurantes con 14,1%”.
También quiere decir, que la informalidad[5]
y el subempleo son mucho más grandes en Colombia que lo que reconoce el
gobierno. Oficialmente, son trabajadores informales, los trabajadores
familiares sin remuneración, los trabajadores sin remuneración en empresas o
negocios de otros hogares, los empleados domésticos, los jornaleros o peones,
los trabajadores por cuenta propia que laboran en establecimientos hasta cinco
personas, excepto los independientes profesionales.
Lo que es evidente, y por tanto no se puede negar, es que en Colombia el
mercado laboral de los últimos años se ha caracterizado no sólo por una alta
tasa de desempleo, sino también por niveles muy importantes de subempleo e informalidad,
lo cual debe mirarse no solamente como un gran problema económico, sino también
social.
[1]
Es una encuesta en la que el Dane solicita información
sobre las condiciones de empleo de las personas (si trabajan, en qué trabajan,
cuánto ganan, si tienen seguridad social en salud o si están buscando empleo).
Además de las características generales de la población como sexo, edad, estado
civil y nivel educativo, pregunta también sobre sus fuentes de ingresos.
[2]Cuantifica
cuantificar el tamaño relativo de la fuerza de
trabajo. En él se compara la población económicamente activa y la población en
edad de trabajar.
[3]Es un indicador del tamaño relativo de la demanda laboral en
la economía: Mide el porcentaje de la población ocupada como proporción de
la población en edad de trabajar.
[4] Formal no significa contar con
todas las garantías laborales y prestacionales, porque los contratos por
prestación de servicios también son formales y además legales.
[5]
Las empresas del sector informal no cuentan con acceso a recursos del sistema
financiero, no están registradas ante las autoridades y no hacen uso de la
seguridad social (afiliación a sistema de salud, afiliación a fondos de
pensiones o administradoras de riesgos profesionales, entre otros).
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