miércoles, 27 de enero de 2016

Nordeste minero antioqueño, el otro “Dorado”: (I) Caracterización histórica y poblacional de la región

La riqueza -y la codicia y avaricia del hombre en pos de ella- han propiciado el emprendimiento de grandes y quizás quijotescas empresas, que en el caso del  Reino de la Nueva Granada, y en general en toda la América hispánica, estaban permanentemente alentados por leyendas de “El Dorado”.

El oro, o más bien su búsqueda incesante, marcó entonces un derrotero a la conquista y poblamiento de nuevos territorios, comportamiento que de alguna manera siguió el mismo lineamiento en el proceso de conformación de la república, luego de la independencia.

Es el caso de muchos sectores de la geografía nacional, como el del departamento de Antioquia, y particularmente en éste, el Nordeste minero, cuyo núcleo desde La Colonia ha sido el hoy municipio de Remedios.



Dada esa realidad -casi que ancestral- sorprende ver y constatar las grandes problemáticas de las zonas mineras (especialmente las auríferas), donde “El Dorado” sigue latente, pero que quizás -y esta es una gran contradicción- genera para la mayoría -más que posibilidades- condiciones de pobreza, miseria, desarraigo, desplazamiento forzado y hasta la muerte[1].

¿Están las manifestaciones violentas directamente relacionadas con los problemas sociales derivados de la explotación de la riqueza en el Nordeste minero antioqueño?, es la pregunta que cabe hacerse y cuya respuesta parece obvia, sí.

A partir de hoy les ofrezco a los lectores varias entregas (cuatro artículos) sobre este complicado tema. En el primero, que corresponde al día de hoy, me ocupo de la caracterización y proceso de poblamiento de la zona minera antioqueña. En el segundo, se abordará el aspecto político, para mirar cómo fueron germinando inicialmente las ideas liberales y después de izquierda en la zona. En el tercer artículo se hablará de los problemas asociados a la explotación aurífera y en el cuarto -y último- se hará referencia a las organizaciones sindicales y sociales surgidas alrededor de la minería en el Nordeste, y se sacarán algunas conclusiones.

Caracterización de la zona minera antioqueña
La Región del Nordeste Antioqueño está localizada sobre la margen oriental de la Cordillera Central, al suroeste de la Serranía de San Lucas y entre los ríos Porce, Nechí, Nus y Alicante. Está conformada por los municipios de Amalfi, Anorí, Cisneros, San Roque, Santo Domingo, Yolombó, Vegachí, Yalí, Remedios y Segovia, con una extensión de 8.544 kms2 (13.6% del total del departamento). Tiene 180.695 pobladores (cifras de 2004).

Planeación Departamental identifica tres subregiones en el Nordeste: La Meseta (Anorí, Amalfi, Yolombó, Yalí y Vegachí); Nus (Cisneros, San Roque y Santo Domingo) y la Minera (Remedios y Segovia). La zona de impacto minero se ubica desde la cuenca del Río Mata (límites municipales de Segovia y Amalfi) en el área de la vertiente que baña la cuenca del Río Cauca (ríos Pocuné, Cuturú y Pescado) y la subcuenca del río Nechí, en su costado oriental hasta el río El Bagre, en su extensión al Bajo Cauca.

Proceso histórico de poblamiento
La zona originalmente estaba poblada por los indígenas Tahamíes y Yamecíes, que fueron desalojados y/o exterminados por los españoles, quienes llegaron a esos territorios desde finales del siglo XVI atraídos por noticias de riquezas auríferas. El primer ciclo del oro (1.580-1.630), se caracterizó por emplear mano de obra indígena y pobladores africanos traídos a esos territorios para ser esclavizados. Tuvo su epicentro en Santa Fe de Antioquia (Fundada en 1.541). A finales de ese siglo el epicentro minero se trasladó a Remedios (fundada en 1.560), luego a Cáceres (1.576) y después a Zaragoza (1.581).

Ya en el siglo XIX, el proceso de construcción nacional se enmarcó en tres dinámicas regionales: fundación de poblados, establecimiento de empresas rentables como las compañías mineras y el enlace de las regiones a través de vías férreas (Ferrocarril de Antioquia en nuestro caso).


También se dio impulso a actividades económicas y a la tecnificación de procesos productivos. Fue así como se contrató a los técnicos extranjeros, Carlos Segismundo De Greiff y Tyrell Moore, quienes introdujeron el molino de pistones, lo cual mejoró la explotación minera. Toda esa dinámica derivó en la creación de más empresas mineras de carácter asociativo, como la Sociedad de Minas de Antioquia (1.828) y la Compañía Minera de Antioquia (1.874).

Para 1880, con la consolidación de la minería como actividad productora moderna, ya estaban en Colombia grandes compañías mineras, de capital foráneo: Colombian Corporation en Anorí; compañía Francesa en Segovia, Nechí y Zaragoza; Pato Mines en Nechí y la Frontino and Bolivia Company (posteriormente Frontino Gold Mines) en Remedios y Segovia.  Esta empresa es la única que sobrevivió hasta el siglo XXI, sin embargo, en 2010 sus activos pasaron a la canadiense Medoro Resources, que hoy es su propietaria a través de su filial en Colombia, Zandor Capital[2].

En el período comprendido entre las dos guerras mundiales (1.930-.1950), que avivó la necesidad de oro, compañías como La Frontino Gold Mines en Segovia y la Pato Gold Mines en Zaragoza -según el investigador Gabriel Poveda Ramos- extrajeron las tres cuartas partes de la producción de oro del departamento de Antioquia[3]. Después de la Segunda Guerra Mundial, el oro colombiano perdió competitividad internacional, hecho que sumado a la violencia política (liberal-conservadora), expulsó a muchos pobladores de la región.

En la siguiente entrega se hará énfasis en este aspecto político, para mirar cómo en un departamento tradicionalmente conservador como Antioquia, las ideas liberales se consolidan en algunas regiones como el Nordeste, donde además, en los albores del siglo XX empiezan a germinar ideas de izquierda.



[1]En el último episodio conocido y que dio origen a un paro de varias semanas en Segovia y Remedios, fueron asesinados los mineros Fernando Silva y Andrés Bedoya en Segovia, al parecer por el Clan Usúga a mediados de Octubre de 2015.
[2] En el reciente paro minero de noviembre de 2015 en el Nordeste antioqueño, el gerente de la mina El Congote, Dionny Ramírez, fue enfático en decir que lo que ellos pedían era que se retiren los amparos administrativos que tiene la multinacional canadiense.
[3] Poveda Ramos, Gabriel. Breve Historia de la Minería. En “Historia de Antioquia”, Medellín, Presencia Ltda. p.221.

miércoles, 20 de enero de 2016

Crisis económica mundial como consecuencia del cambio de patrón monetario y el fin de la era del petróleo

Por estos días son recurrentes las noticias que dan cuenta de una gran crisis económica mundial y de la descolgada a la baja de los precios del petróleo; mientras que analistas de todos los rincones y centros de estudios dan sus explicaciones aquí y allá sobre lo que está pasando.

En este artículo, además de referirles lo que está sucediendo y contarles las causas- en lo que coinciden muy acertadamente los analistas- quiero ir un poco más allá para tratar de hacer notar otras posibles causas ocultas, la trascendencia de lo que está pasando realmente y los profundos cambios que se avecinan, o que de hecho ya están ocurriendo.

Crisis: la punta del Iceberg
De la crisis económica que se empieza a vivir y que se padecerá en todo el 2016, ya son conscientes los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, que acaba de bajar su pronóstico de crecimiento del PIB mundial del 3.6% al 3.4%.  Ese reajuste, según el FMI; se debe a “los ajustes que están ocurriendo en la economía mundial: la desaceleración generalizada de las economías de mercados emergentes, el re-equilibramiento de la economía china[1] , la caída de los precios de las materias primas y el repliegue paulatino de las condiciones monetarias extraordinariamente acomodaticias en Estados Unidos”. El FMI también prevé que la contracción en América Latina será del 0.3%, debido a la profunda recesión de Brasil, cuya economía caerá un 3.5% este año[2].

En el caso colombiano, aunque el DANE aún no revela los datos de crecimiento del PIB en 2015, el Banco de la República estima que habría sido del 3.2% y que este año podría estar entre el 2.5% y el 3%[3]. Un muy bajo crecimiento con una inflación desbordada del 6.77% (impulsada por el marcado aumento de la inflación de alimentos, que fue del 10.85% al cierre de 2015) y que se presume seguirá este año por las nubes por cuenta de los efectos del fenómeno climatológico del niño (que afecta la producción agropecuaria) y de la depreciación del peso (que aumenta los precios de los insumos importados) y que afecta en general las importaciones[4].

Todo esto es lo que sale en las noticias y lo que  se desprende de los análisis de los expertos, pero en el fondo todo ello está relacionado con profundos cambios en la economía global, a los cuales haremos alusión después de mirar lo que está pasado con el petróleo.




Panorama poco halagüeño para el crudo
La Organización de países productores y exportadores de petróleo, OPEP -que incrementó sus miembros en diciembre con el regreso de Indonesia[5] después de siete años- está registrando un exceso de oferta en los mercados globales por unos 600.000 barriles por día. Como si fuera poco, a ellos se sumarán los 500.000 barriles diarios a los que espera llegar en pocas semanas Irán, una vez levantadas -el fin de semana- las sanciones que pesaban sobre este país aliado de Rusia y China.

Entre tanto, Arabia Saudita -mayor miembro de la OPEP y líder de facto- reiteró el pasado domingo que está dispuesto a soportar el colapso de los precios antes que reducir su producción. El reino bombeó 10.088 millones de barriles por día en diciembre, según el más reciente informe del cartel de productores, el cual precisa que en 2016 Estados Unidos será el que más sufrirá entre los productores no miembros de la OPEP, con su producción descendiendo en 380.000 barriles al día.

La organización prevé que sus 13 miembros tendrán que bombear un promedio de 31.6 millones de barriles diarios este año, cifra que es significativamente superior a los 29.9 millones del 2015, pero inferior a los 32.18 millones que produjeron en diciembre.

Todo ello redundará en una baja constante del precio internacional del crudo, que quizás se sostenga alrededor de los US$25 dólares el barril, aunque el precio del barril de referencia de la OPEP se cotizó el lunes a US$23.58, un 4,6% menos que la jornada anterior. Este es el precio más bajo desde abril de 2003, informó desde Viena el grupo petrolero.

Esa baja en el precio se viene reflejando en la pérdida de valor de las empresas petroleras en los mercados bursátiles, como es el caso de la colombiana Ecopetrol, que según los datos de Bloomberg, perdió en los últimos 3 años US$122.200 millones de su valor en libros, al pasar de tener una capitalización bursátil de US$136.700 millones a una de US$14.500 millones. Pero además, otras han ido a la quiebra, por ejemplo, en Estados Unidos, donde el año pasado 36 empresas de exploración y producción de petróleo entraron en bancarrota o se acogieron a la protección legal con un monto de deuda cercano a US$17.000 millones.

Las razones de fondo de la crisis
Si se amplía la mirada y se profundiza un poco más, se puede concluir que la crisis obedece a otras razones más de fondo, que están relacionadas con un cambio drástico en el poder económico mundial, que está pasando de Estados Unidos a China, y con  el principio del fin de la era del petróleo.

Al parecer en este momento hay una recesión en el transporte marítimo de mercancías y ello no solamente estaría relacionado con la apreciación de muchas monedas nacionales frente al dólar que afecta las importaciones, por ejemplo, sino que la principal causa sería que China está exigiendo el pago en su moneda (yuan), razón por la cual en los Estados Unidos se estaría empezando a registrar un desabastecimiento de productos básicos.

Esto está relacionado con la intención del gigante asiático y los países BRICS -entre ellos Rusia- de abandonar el sistema de moneda fraccionaria (dinero-deuda) representado en el dólar estadounidense y volver al patrón oro, cuyo abandono habría generado un crecimiento enorme de la oferta monetaria mundial, muy superior al crecimiento total de los bienes y servicios que la sociedad es capaz de producir, lo que a su vez genera inflación, en muchos casos hiperinflación, acompañada de una fuerte devaluación de las monedas.[6]

Como si fuera poco, además de las razones ya expuestas sobre la baja en los precios internacionales del petróleo, otra poderosa razón -y quizás la más importante- es que también China estaría comprando el crudo en su propia moneda y no dólares[7]. Pero además, al parecer los chinos ya muestran considerables avances en el desarrollo de ´energías renovables´ (que estarían disponibles también para países con gobiernos favorables al BRICS), lo cual podría ser una explicación de mayor fondo a la caída de los precios del petróleo, porque todo producto que va a quedar obsoleto pierde valor, lo cual también es un mensaje para Arabia Saudita y las monarquías del Golfo Pérsico.



[1] El PIB chino continuó su ralentización el año pasado hasta un 6.9 %, aunque se mantuvo en las previsiones oficiales, según cifras divulgadas ayer  por la Oficina Nacional de Estadísticas del país asiático.[2] Brasil viene de cerrar 2015 con una contracción del 3.8%.
[3] Ver entrevista de Reuters a la co-directora del Banco de La República, Ana Fernanda Maiguashca en el diario Portafolio. Disponible en: http://www.portafolio.co/economia/banco-la-republica-preve-crecimiento-inferior-al-del-2015
[4] El DANE reveló ayer que entre enero y noviembre de 2015 las importaciones colombianas bajaron el 20.8% al sumar los US$4.243 millones.
[5] La nación asiática produjo un promedio de 700.000 barriles de crudo por día en 2015, dijo la OPEP. 
[6] Ver al respecto mi artículo del 2 de diciembre de 2015 “Reseteo del sistema financiero mundial: se acaba el dinero-deuda para retornar al patrón oro” (http://observadorpoliticoeconomico.blogspot.com/2015/12/reseteo-del-sistema-financiero-mundial.html)
[7] Irán y Rusia estarían recibiendo productos chinos a buen precio a cambio de su petróleo.