miércoles, 29 de julio de 2015

LA MODA, LUCRATIVO NEGOCIO QUE MUEVE EL CONSUMO Y GENERA EMPLEOS

A propósito de la realización de la feria Colombiamoda en Medellín, quise preguntarme sobre lo que hay detrás de este negocio y sobre el concepto moda, que de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española[1], es un término que proviene del francés (mode), y éste del latín (modus, ´modo´ o ´medida´) y define como el "uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos”.

De manera más precisa podría decirse que la moda es un conjunto de tendencias en la forma de vestir (ropa y accesorios), pero también en lo que la posmodernidad ha definido como estilos de vida -que a no dudarlo- marcan las maneras de comportarse de las personas. Esos estilos o tendencias de la moda dependen de muchos factores: sociales, políticos y sobre todo -diría yo- económicos, entre otros. Para acercarme al segundo punto de vista propuesto, el del negocio, me centraré en el aporte de esta industria en términos de generación de empleos y divisas generados.

No obstante, de la mano de algunas publicaciones (virtuales) sobre el tema, haré primero una breve reseña histórica a partir del Renacimiento, luego me referiré al desarrollo de la industria en Colombia, a lo que representa una feria como Colombiamoda, para luego hacer una reseña de los dueños del negocio de la moda en el mundo y finalizar con unos apuntes sobre el consumo de moda.

Cortesía

La moda en la historia e historia de la moda
Son las clases nobles y adineradas las que empiezan a marcar la pauta en la forma de vestir de los europeos y es en el Renacimiento cuando surge el concepto de moda tal como lo entendemos hoy día, “introduciéndose nuevos géneros y adquiriendo la costura un alto grado de profesionalización” dice José Fernández Arenas[2].

En la Italia renacentista aparecieron los trajes más ricos y espectaculares de la historia, de vivos colores y formas imaginativas y originales, mientras que a partir de la segunda mitad del siglo XVI, la creciente importancia de la monarquía española impone en Europa el estilo sobrio de la corte del emperador Carlos I de España, caracterizado por el uso de colores oscuros y prendas ceñidas.

Ya en el siglo XVII domina la moda francesa tanto en hombres como en mujeres, pero la Revolución francesa impuso -seguramente por aquellos ideales de igualdad- una mayor uniformización en la forma de vestir, con casacas cortas y pantalones largos para el hombre, y corpiños, faldas redondas y chal de tela para la mujer. Luego el liderazgo de la moda dio un salto a Inglaterra, donde el hombre vestía casaca con cuello ancho y vuelto, calzón hasta la rodilla y sombrero de copa; la mujer abandonó el corsé, orientándose a vestidos largos ajustados con una cinta bajo el pecho.

Propios del siglo XIX fueron el frac, la levita y el pantalón para los caballeros, y la mantilla de seda y las peinetas para las señoras. En ese siglo surgieron industrias que vestían tanto a ricos como a pobres y se multiplicaron las fábricas de tejidos de algodón y de lana, por lo que los precios de las telas bajaron. Además, “la invención de la máquina de coser abarató mucho la producción, y los nuevos tintes sintéticos ofrecieron una gama de colores mucho más amplia”.[3]

Los cambios sociales y tecnológicos facilitaron aún más a la gente la adquisición de ropa, aunado al hecho de que en Europa occidental y en Norteamérica había más dinero para gastar. Hacia la mitad del siglo XIX se publicaron las primeras revistas femeninas, y poco después, los grandes almacenes comenzaron a vender ropa de confección de tallas estándar. Charles Frederick Worth organizó por primera vez desfiles de modelos para despertar el interés de posibles clientes.

En el siglo XX aparecen nuevas fibras sintéticas como el rayón, el nylon y el poliéster que ofrecieron a los confeccionistas mayores posibilidades. El diseño asistido por computador facilitó la creación de nuevos estilos, y la globalización hizo posible que las tendencias más recientes se observaran simultáneamente en las calles de Tokio, Nueva York, París y Sao Paulo. Al mismo tiempo, los diseñadores y los fabricantes hallaron nuevos modos de promocionar sus productos.

A finales del siglo XX y principios del XXI, fue posible ver, encargar y enviar la ropa a cualquier parte del mundo gracias a medios de comunicación o Internet. Por consiguiente, pese a la aparición del concepto de tribus urbanas diferenciadas unas de otras, la moda actual parece que se está dirigiendo hacia una uniformidad universal.

 No obstante, esta segunda década del siglo se caracteriza por ser muy cambiante, acelerada, con ideas transformadoras, mercados heterogéneos, clientes exigentes y ansiosos de experiencias que los sorprendan. Este es el panorama de un mundo agitado que hoy más que nunca tiene acceso abierto a la información, la tecnología y la innovación.


La industria en Colombia
La industria de la moda en Colombia remonta su origen a 1907 cuando Alejandro Echavarría fundó a Coltejer, la primera textilera del país. Antes de su fundación, Colombia tenía una producción textil con insumos de mediana calidad y modelos copiados de las tendencias europeas. Posteriormente aparecieron empresas como Fabricato (1922) en Bello,  Everfit (1940) en Medellín y Lafayette (1942) en Bogotá. Carlos Eduardo Botero, director ejecutivo de Inexmoda[4], complementa que:

Como resultado de la creciente necesidad de productos hechos en Colombia, en los años cincuenta se impulsó una política textil que cerraría las importaciones que se habían posicionado en el mercado colombiano hasta entonces. Con el nuevo aliento, se incrementó la producción dentro del país a la vez que surgieron figuras como Toby Setton, reconocido como el primer diseñador colombiano.

www.empresariosaldia.co
Ya en los años sesenta, con el crecimiento de la industria de la confección en Colombia, se hacen las primeras producciones de moda para revistas y periódicos, y en los ochenta llega el auge del diseño de modas en Colombia, con la aparición de nuevos diseñadores con proyección internacional y la fundación de Inexmoda (1987), que en 1990 creó la feria Colombiamoda para impulsar industria textil colombiana.

En la actualidad, según Inexmoda, el sector representa cerca del 1.6% del PIB nacional y más del 12% del PIB manufacturero del país. Además, el sector capta un aproximado del 5% del total de las exportaciones colombianas.

Hoy el sector de la moda colombiana va en ascenso y es la industria más importante de Colombia en exportar productos no tradicionales al exterior, aspecto en el que Antioquia manda la parada. Este es el departamento que más prendas de vestir vende en el extranjero, con una participación del 57% en las exportaciones de confecciones, según cifras del Dane y el Ministerio de Comercio. En 2014 el departamento exportó US$337,4 millones en productos de confecciones, y entre enero y mayo de 2015 la cifra superó los US$125 millones.

Por otro lado, de acuerdo con la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, Medellín representa el 59.4% de la estructura empresarial del Clúster Textil/Confección, Diseño y Moda de Antioquia. Según la misma entidad a diciembre 31 de 2014 existían en la capital antioqueña 8.602 empresas en actividades relacionadas con dicho clúster, cuyos activos totalizaban los US$2.491 millones.

Además, las industrias relacionas con el clúster representan el 30.5% del empleo industrial del departamento y en el área metropolitana, las actividades relacionadas con el clúster generan cerca de 110.000 empleos.

Colombiamoda: moda de Colombia para el mundo
Como el consumidor de hoy tiene acceso abierto a la información, la tecnología y la innovación, este año Colombiamoda 2015, la Semana de la Moda, invitó a las empresas a acercarse a su consumidor, haciendo uso de la tecnología y las oportunidades que ésta entrega para transformar e impactar.

Para Inexmoda, organizadora de Colombiamoda, está claro que hoy se tiene acceso abierto a gran cantidad de información, la cual -además de ser pública- es dispersa y extensa, por eso el poder está en conectarla y darle nuevos significados, enlazar puntos y saber escoger lo más adecuado, qué camino seguir, en qué se es fuerte y cómo innovar.
 
Cortesía Inexmoda
El acceso a la información les permite a las empresas conocer todo sobre sus consumidores, cuestionarse sobre los modelos de negocio, plantearse el crecimiento en poco tiempo y volverse empresas inteligentes.

Por interpretar permanentemente los nuevos tiempos y acercar las empresas a sus consumidores, Colombiamoda sigue siendo la plataforma comercial más importante del país, al reunir la oferta y la demanda más completa del Sistema Moda. Cuenta con tres importantes ejes: pasarelas, muestra comercial y pabellón del conocimiento.

Esta versión se tienen expectativas de negocios pos US$308 millones, se cuenta con 1.700 compradores internacionales en representación de 50 países, de los cuales 640 son traídos por Procolombia, y hay presentes 840 marcas.

Los dueños del negocio en el mundo
Bernard Arnault, encabeza la lista de los multimillonarios de la moda, con una fortuna de US$41.000 millones, de acuerdo con una reciente publicación virtual[5]. El hombre más rico de Francia, como presidente y director ejecutivo del grupo de empresas de LVMH, controla Christian Dior, Louis Vuitton, Marc Jacobs, Fendi y Donna Karan. Además, posee una participación de control de la marca italiana Bulgari.

En el segundo lugar del ranking de moda se ubica el español Amancio Ortega, con una fortuna de US$31.000 millones. Además de poseer bienes raíces en Florida, Madrid, Londres y Lisboa, encabeza el grupo de empresas Inditex, propietario de marcas de moda como Zara, Massimo Dutti y Bershka. En la actualidad Inditex tiene 6.460 tiendas en 88 países de los cinco continentes.

El tercer lugar es para el sueco Stefan Persson, dueño de la empresa  Hennes and Mauritz, más conocida como H&M, cuya fortuna se estima en US$24.800 millones. La primera tienda de la marca se abrió en Suecia en 1947 y hoy cuenta con más de 3.600 tiendas en 57 países, en los que genera 132.000 empleos. H&M ha colaborado con diseñadores de renombre como Stella McCartney, Jimmy Choo y Karl Lagerfeld, entre otros.

El cuarto lugar es para otro francés, François Pinault con una fortuna de US$11.500 millones. Posee una participación mayoritaria en el grupo de empresas PPR, propietario de Gucci, Yves Saint Laurent y Puma. Además, su colección incluye más de 2.000 obras de arte, entre ellas algunas de Pablo Picasso y Jeff Koons y es dueño de la revista Le Point de un estadio de fútbol.

El quinto puesto es para el italiano Leonardo Del Vechio, con unos bienes estimados en US$11.000 millones. Es dueño de la compañía Luxottica, el mayor fabricante mundial de gafas de sol y cuenta con 6.000 boutiques en todo el mundo, lo que la convierte en la mayor cadena minorista que vende anteojos. Entre sus marcas están Ray-Ban, Persol y Oakley.

En el sexto puesto aparece uno de los hombres más ricos de Japón, Tadashi Yanai, quien es el fundador y presidente de la empresa Fast Retailing, cuya filial es la marca  Uniqlo, considerada como la versión japonesa de GAP y cuyas tiendas ya abrieron en Nueva York y Moscú (en total son 2.753 en el mundo). Yanai y su familia poseen una fortuna de US$ 7.600 millones.

En el séptimo lugar,  con una fortuna de US$7.200 millones, aparecen Philip y Cristina Green dueños de la marca Topshop. Philip es el director ejecutivo, mientras Christina es propietaria de Arcadia Group Limited cuya sucursal es la empresa Topshop.

El diseñador de moda Giorgio Armani se sitúa en la octava posición con fortuna de US$7.000 millones. El noveno lugar es para Ralph Lauren, cuyos bienes están valorados en US$5.800 millones y es propietario de las marcas Ralph Lauren, Polo y Club Mónaco. 

El hombre de negocios y director ejecutivo de Limited Brands, el estadounidense Leslie Wexner, cierra la clasificación, con una fortuna estimada en US$3.200 millones. Su corporación posee marcas tan populares como Victoria's Secret, Bath y Body Works.

Sin embargo, después de esta selecta lista aparecen nombres como los de Don y Doris Fischer, quienes en 1969 fundaron en San Francisco la firma GAP, e Isak  Andic, quien en 1984 fundó en Barcelona a Mango. También, la pareja de inmigrantes de Corea del Sur (Los Chang) que en  1984 fundaron Forever 21; Marcelo Calderón, quien en 1956 fundó en Chile a Ripley y los descendientes de su compatriota Salvatore Fallabella quien 1889 creó los almacenes que llevan su nombre.

La moda del consumo y el consumo de la moda
Hasta no hace mucho en el mundo existían sólo dos grandes colecciones de moda: Primavera/Verano y Otoño/Invierno; sin embargo, desde 2014 la industria de la moda tiene 52 ‘micro-temporadas’ al año, es decir, una cada semana, pues la meta de la industria es que los consumidores compren tantas prendas como sea posible y tan rápido como sea posible.

Con los diseñadores creando nuevos looks cada semana, el calendario de moda de estas compañías hace sentir al cliente, de forma deliberada, que ya no está a la moda luego de usar la prenda sólo una vez y por lo tanto lo ´obliga´ a una nueva compra.

La industria de la moda está compuesta por fabricantes de ropa, diseñadores y modelos, pero detrás de escena se encuentran maquilladores y estilistas, comerciantes y compradores. El único elemento común entre estos papeles es que estos profesionales son muy creativos. Cada uno  ha sido entrenado en un campo muy especializado.

Es preciso rematar diciendo que la industria de la moda es importante para la cultura de cada sociedad, y la sociedad actual -postmoderna- está sustentada en lo efímero (y entre más efímero mejor porque se incentiva más el consumo). A tal punto es importante el consumo, que hoy no se compran productos (en este caso prendas de vestir), sino que consumen estilos de vida como una manera de identificación de la persona que lleva x ó y tipo de ropa.

[1] Edición 23ª, publicada en octubre de 2014.
[2]  Fernández Arenas, José (1988). Arte efímero y espacio estético. Anthropos, Barcelona.
[4] Instituto para la Exportación y la Moda, fundado en Medellín, en 1987, por iniciativa de empresarios del sector.
[5] "Los que mueven los hilos de la moda". Disponible en: http://actualidad.rt.com/cultura/view/35190-Los-que-mueven-hilos-en-negocio-de-moda (consultado el 22 de julio de 2015)

miércoles, 22 de julio de 2015

DEL GRITO DE INDEPENDENCIA Y OTROS MITOS FUNDACIONALES

El pasado lunes festivo 20 de julio, muchos colombianos izaron el pabellón nacional para conmemorar los 205 años  de la Independencia de Colombia, aunque no todos conocen desde cuando se estableció esta fecha patria y otros tantos pensaban que jugaba la selección Colombia de fútbol, que a todas luces despierta más emociones y fervor patrio que la remembranza de los sucesos del 20 de julio de 1810, día de mercado en Santa Fe de Bogotá.

Dicen algunas versiones que ese día, alrededor de las 11 de la mañana en la fría capital del reino de la Nueva Granada, el comerciante Antonio Morales se dirigió a la casa del comerciante español, José González Llorente para pedir prestado un florero con el fin de usarlo esa noche en la cena de agasajo del comisario real, Antonio Villavicencio.

Al parecer, de antemano se sabía que Llorente no facilitaría el dichoso florero para que los criollos agasajaran a otro criollo -Villavicencio era natural de Quito-, por lo que el florero era la excusa para armar una revuelta, que una vez terminada en horas de la tarde, también serviría de excusa para conformar una junta de gobierno a instancias de José Acevedo y Gómez[1], quien luego sería conocido como el tribuno del pueblo.

Lo que quedó del florero de Llorente

Por eso es común que en las escuelas se enseñe que la libertad de Colombia se alcanzó el 20 de julio de 1810, cuando en realidad lo más cercano a la verdad es decir que en esa fecha inició el proceso de independencia que se consolidó -después de la llamada “Patria boba”[2]- el 7 de agosto de 1819 con la batalla de Boyacá, que terminó con el intento de reconquista de España, y se reafirmara en 1821 con la Constitución de Cúcuta, que no obstante, mantuvo la vergonzosa institución de la esclavitud.

Ese frágil mito fundacional de Colombia sólo fue establecido oficialmente mediante la Ley 60 del 8 de mayo de 1873, por el Congreso de Estados Unidos de Colombia (Presidencia de Manuel Murillo Toro), con la cual se fija como festivo el 20 de julio de cada año como aniversario de la proclamación de la independencia nacional, es decir, 63 años después  de lo ocurrido en la hoy conocida como Casa del Florero.

De esta manera, esta celebración oficial se suma al único emblema patrio aprobado hasta ese momento, que era la bandera, reglamentada el 26 de noviembre de 1861. Sin embargo, el pabellón de Colombia tiene su origen en la composición de tres colores primarios (amarillo, azul y rojo) creada en 1801 por el general venezolano, Francisco Miranda y que representaba a la Gran Colombia.[3]
A Miranda se le debe el tricolor que identifica a Venezuela, Colombia y Ecuador

El otro símbolo patrio, el escudo de armas de la República de Colombia, es el emblema heráldico que representa al país y remonta sus elementos constituyentes en el escudo aprobado por medio de la ley 3 del 9 de mayo de 1834, siendo presidente de la Nueva Granada, Francisco de Paula Santander. Finalmente el escudo es reglamentado por medio del decreto 3558 del 9 de noviembre de 1949[4]  y aprobado definitivamente -con algunas composiciones estéticas- el 6 de agosto de 1955.

En cuanto al himno nacional, su letra -conformada por un coro y once estrofas- fue escrita por el presidente Rafael Núñez[5] y la música fue compuesta por el italiano Oreste Sindici. La composición adquirió gran popularidad y fue rápidamente adoptada de manera espontánea como el himno nacional de Colombia, pero sólo sería oficializado en 1920, mediante la Ley 33 del 18 de octubre.


Decodificando el mito de la independencia
A partir de los siglos IV y III a.C., alejados de los centros ceremoniales  (que eran considerados manifestaciones extraordinarias del poder sagrado), empiezan a aparecen los primeros centros pablados, a los cuáles era necesario asociarles algunas narraciones a modo de mito de creación o de fundación[6] para explicar precisamente su surgimiento y exaltar la vida sedentaria. Ese mito fundacional desde entonces puede aludir a un hecho trascendental, un símbolo, un concepto, un personaje, una tragedia o una gesta heroica.

El historiador Miguel Ángel Urrego[7] dice que a diferencia de países como México, Perú, o los Estados Unidos, Colombia carece de un mito fundador fuerte, centralizado y unificador. Explica que en el caso mexicano el mito de origen se relaciona con la fundación de la ciudad de Tenochtitlán, y en el caso peruano, los incas surgen como voluntad de los dioses. Por su parte el mito de origen estadounidense está vinculado al anglicanismo, que para la época concibió la colonización como la expresión de la voluntad divina y como una oportunidad para realizar una tierra de libertad, oportunidad y trabajo. Aclara el historiador e investigador que:

Colombia, al carecer de comunidades con un grado de desarrollo similar al de otros grupos indígenas prehispánicos, no poseer importantes riquezas minerales explotadas durante la colonia y ser el catolicismo una religión con una visión premoderna del progreso material, no tuvo un mito que pudiese ser institucionalizado a partir de la independencia.

Eso explicaría por qué tan tardíamente el gobierno nacional -de manera un tanto artificiosa-, crea ese mito fundacional de Colombia exaltando la revuelta de aquel viernes 20 de julio de 1810. Esto ocurrió 63 años después, como ya se dijo, en 1873 cuando la presidencia de los Estados Unidos de Colombia estaba en cabeza del liberal tolimense Manuel Murillo Toro, quien en su discurso ante el Congreso fundamentó la decisión en considerar el levantamiento de ese día en Santa Fe, como el inicio de una campaña contra la dominación española que se cerró con las posteriores victorias militares de los patriotas en Boyacá (7 de agosto de 1819), Carabobo (24 de junio de 1821), Pichincha (24 de mayo de 1822) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824), y que impidieron la reconquista española dirigida por Pablo Morillo.

Es decir, se unió la revuelta de julio a batallas militares posteriores, al considerarlos parte de un mismo conjunto de hechos. Sin embargo, es  claro que los sucesos del 20 de julio no se inspiraron en los ideales de libertad pregonados por la Revolución Francesa de 1789, pues en ese momento la península española estaba invadida por tropas francesas y los criollos (descendientes de los españoles que hicieron la conquista) se sublevaron precisamente para seguir fieles a Fernando VII, quien en ese momento era prisionero de Napoleón Bonaparte, quien desde 1808 había instalado a su hermano José en el trono de España.

Muy por el contrario, la revuelta surge del miedo de que esos ideales de libertad contagiaran a las autoridades virreinales y terminaran aboliendo el negocio de la esclavitud, a través de los cuales los criollos mantenían sus fortunas.  Eso explica por qué la esclavitud sólo se abolió en 1851 (o sea, 14 años después que en la península). Los ideales libertarios e independentistas, si estarían presentes -o por lo menos más claramente insinuados- en la época de las épicas batallas mencionadas, escenificadas en lo que hoy son territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador  y Perú.

Además, es preciso analizar la coyuntura política del momento en e1 que se decide oficializar el 20 de julio de 1810 como Día de la Independencia y darle el carácter de mito fundacional. Los liberales detentaban el poder en 1873, más específicamente una facción de esta colectividad conocida como Los Radicales, quienes estaban empeñados en crear representaciones alegóricas del naciente e incipiente Estado-nación (bajo la forma federativa) como una manera de cohesionar el sentir nacional.

(…) el acto contundente es la puesta en escena, en los desfiles del 20 de julio, de la idea de unidad de los nueve Estados Federados, escenificada a través de representaciones de las particularidades simbólicas de cada uno, pero ungida como un solo cuerpo. Bajo esta concepción se considera que toda la simbología, que se manifestaba en la diversidad de cada Estado, dejaba ver también la unidad en la concepción de una nación y se debía oficializar a través de un solo festejo: el 20 de julio, día del nacimiento de "un pueblo libre, soberano, y digno de asistir al banquete de la civilización", como bien lo formulaban[8].

Es con base en estas acciones y situaciones, más políticas que sociales, que conmemoramos desde hace 142 y no 205 años, el 20 de julio como Día de la Independencia de Colombia. En esencia, como bien concluye el historiador Miguel Ángel Urrego -ya citado- el proceso histórico de creación de los mitos fundacionales de Colombia, ha obedecido a una lectura partidaria y no desde “una producción simbólica para dotar los habitantes del país de un destino común”.


[1] Nació en 1773, pero no se sabe si en Monguí (Boyacá) o Charalá (Santander). Desde 1809, hizo parte de las conspiraciones para deponer al virrey Amar y Borbón, y fue quien redactó el acta de la independencia de 1810.
[2] Así se denomina al conflicto surgido entre los criollos, que luego del ´Grito de Independencia´ se dividieron en dos bandos. Los centralistas abogaban por que el poder político se centralizara en Bogotá y los Federalistas que proponían el ejercicio del poder en cada provincia de forma autónoma e independiente.
[3] Creada por el Congreso de Angostura (1819) y conformada por Venezuela y la Nueva Granada (ratificada por el Congreso de Cúcuta de 1821) y a la cual se unieron después Panamá (1821) y Ecuador (1822).
[4] El escudo vigente en la actualidad recoge tanto los elementos dictaminados en 1834 como los descritos en 1924 y 1949, con sus respectivas mejoras estéticas.
[5] Inicialmente para celebrar la independencia de Cartagena, fue interpretado por primera vez el 11 de noviembre de 1887.
[6] El mito de Gilgamesh en Babilonia y el de Rómulo y Remo en Roma son ejemplos de ello.
[7] Ver su artículo: “Mitos fundacionales, reforma política y nación en Colombia”, Revista Nómadas, Número 8, pp. 10-18,  Bogotá, 1998
[8] Así lo explica el historiador Marcos González Pérez. Ver su artículo ¿Por qué se celebra el 20 de julio? en  Especiales revista Semana, disponible en: http://www.semana.com/especiales/articulo/por-que-celebra-20-julio/105325-3 (Consultado el 21 de julio de 2015).

miércoles, 15 de julio de 2015

GRECIA PIERDE PERO DESENMASCARA LAS VERDADERAS INTENCIONES DE LA UNIÓN EUROPEA

Con las tres fuertes condiciones del Eurogrupo a Grecia: aplicar leyes tendientes a privatizaciones y fondos de privatización, duras condiciones por ejemplo en reformas laborales y pensiones e IVA e impuestos, pierde Grecia porque tuvo que ceder ante las presiones del Banco Central Europeo, BCE; y el Fondo Monetario Internacional, FMI; pero a la vez gana. pues aceptando estas duras condiciones desenmascara las verdaderas intenciones de la Unión Europea.

Lo que plantearon los líderes de la Eurozona al primer ministro griego, Alexis Tsipras, es prácticamente la capitulación absoluta en términos muy próximos a la humillación, pues con el acuerdo se obliga a Grecia a transferir hasta 50.000 millones de euros en activos públicos a un fondo especial, para que sean gestionados "bajo la supervisión de las instituciones europeas".

Era claro que pese a la decisión del pueblo con el NO en el referéndum, Grecia tenía poco margen estaba muy claro. Nadie en la UE pensó en algún momento que ese NO  pudiera dar más poder de negociación a Tsipras: al contrario, sabían que se volvería en su contra, porque luchaba contra un muro. Pero tampoco nadie esperaba una propuesta tan rotunda, tan dura de la UE.

Las exigencias del Eurogrupo a Grecia
Venta de activos públicos. Europa propone crear un fondo por valor de 50.000 millones de euros (US$55.000) nutrido de activos privatizables griegos. En un primer momento, la UE tenía pensado que se instaurara en un país extranjero, Luxemburgo, pero finalmente se quedará en Grecia bajo su supervisión.

De esos fondos, la mitad -25.000 millones de euros (US$27.500)-, irán a recapitalizar los bancos. El resto se dividirá en dos mitades iguales (12.500 millones de euros, unos 13.500 millones de dólares) para pagar deuda y para poner en marcha planes de inversión tendentes a reanimar la maltrecha economía griega.
Privatizaciones. Los socios del euro piden a Grecia más privatizaciones. Entre ellas, destaca la red eléctrica del país.

Endurecimiento de las pensiones. La UE pide establecer "un ambicioso programa de reformas" para compensar el impacto fiscal de las pensiones y alcanzar un déficit cero en las cuentas públicas.

No especifica en qué consistirán estas reformas, pero era una de las puntas de lanza del gobierno heleno, que consideraba que los jubilados del país ya habían sufrido bastante, amén de que las pensiones son una de las fuentes de ingresos en un país cuyos sueldos han sido disminuidos de forma importante y el desempleo se aproxima al 27% de desempleo. Grecia aceptó elevar la edad de jubilación hasta los 67 años y congelar el importe de las pensiones hasta 2021.

Tomado de www.taringa.com


Mercado laboral. Las autoridades europeas demandan "revisiones rigurosas" en la negociación colectiva de los trabajadores, en los despidos colectivos y en la política industrial.

Con la claudicación del primer ministro griego al aceptar esas medidas, el Eurogrupo "toma nota del posible programa de financiación de entre 82.000 y 86.000 millones de euros para Grecia"[1]. De los cuales, explica literalmente, 7.000 son imprescindibles antes del 20 de julio y otros 5.000 millones más para mediados de agosto. Los ministros asumen que tendrá que haber un colchón para recapitalizar los bancos de entre 10.000 y 25.000 millones para cuando abran, de los cuales 10.000 vendrían de los fondos que ya tenía reservados el Mecanismo europeo de estabilidad, Mede.

Reacciones de Rusia y los BRICS
Ante la dureza de las condiciones del Eurogrupo a Grecia, el ministro ruso de Energía, Alexánder Nóvak, afirmó que su país apoyará la recuperación de la economía griega. "La Federación de Rusia apoyará la recuperación de la economía griega ampliando la cooperación en el sector energético. Estamos analizando la posibilidad de empezar a suministrar materias primas energéticas de manera directa en el futuro más próximo", explicó el ministro, según recoge la agencia de noticias RIA Novosti[2].

Por otra parte, el proyecto de gas de Rusia en Grecia ayudará a los griegos a pagar a los acreedores internacionales, ha asegurado el presidente ruso, Vladímir Putin en otras oportunidades. Se trata del proyecto Turkish-Stream que se extenderá por Grecia, lo que permitiría transportar el gas ruso a Europa.

Todo lo que está ocurriendo tiene a Grecia como escenario de una gran batalla entre el dólar fiduciario y el patrón-oro del BRICS. De esta manera Grecia aparece como el señuelo, cuyo objetivo básico es quitar la benéfica máscara a la Unión Europea y desenmascararlo como un proyecto que no busca el beneficio de los ciudadanos sino el enriquecimiento de los banqueros corporativos.

Las verdaderas intenciones de los banqueros
La aparente humillación griega al aceptar las condiciones de la Troika a cambio de que no les echen del euro (cosa que prohíbe el Tratado de Lisboa y que ya quedó descartada) y conocer las exigencias a cambio (como dar bienes públicos por valor de 50.000 millones de euros), pone en evidencia el vil chantaje de los bancos durante cientos de años.

Esto puede ser nada más y nada menos que el principio del fin de la Unión Europea, como ya incluso lo han advertido el Washington Post y el  connotado economista liberal Paul Krugman, porque este proyecto nació con el loable propósito de unir a los pueblos europeos en la prosperidad y no de llevarlos a la ruina.  La situación griega descorre el velo de las verdaderas intenciones de la UE, por lo tanto el mundo se da cuenta que el proyecto original, nunca existió, era sólo un enunciado.

Desde este punto de vista, la  derrota de los griegos es su victoria y la victoria de la Troika, es su  derrota. Es decir, lo sucedido ha permitido quitar el disfraz de cordero al lobo y se ha hecho obvio: que el proyecto europeo es de los banqueros y para los banqueros, no para los ciudadanos.  

Mientras se desenmascara el proyecto europeo de los bancos, que encaja en el llamado Nuevo Orden Mundial, el BRICS observa el conflicto con paciencia y espera el momento para salvar a Grecia con su oro,

Pero seguramente, no van a permitir que el euro como moneda desaparezca porque es importante para mantener la estabilidad económica mundial. Seguramente absorberán la moneda cuando la opinión pública europea, aleccionada por el caso griego, esté preparada para asumir los cambios. De momento, en Austria, Italia, Francia, Portugal y Finlandia ya se han levantado importantes voces exigiendo la salida del euro.

No funcionan las recetas del FMI
Las recetas monetaristas del FMI y sus socios han comprobado que resultan peores que la enfermedad y como resultado evidente hacen que los pobres sean cada vez más numerosos y más pobres, y los ricos cada vez menos en número, pero con mayores cantidades de dinero; en otras palabras, incrementan la desigualdad en el mundo.

 Según el informe anual 2015 de la organización británica Oxfam[3], actualmente 80 personas poseen la misma riqueza que el 50% más pobre de la población mundial, lo que equivale a decir que 3.500 millones de personas comparten la misma cantidad de riqueza que estas 80 personas enormemente ricas. Además, con datos de 2014, el 1% más rico poseía el 48% de la riqueza mundial, mientras que el 99% restante debía repartirse el 52%.

En cuanto a América Latina, la región con más desigualdad del planeta, aunque la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), ha mostrado una reciente tendencia a la baja en cuanto a desigualdad, que tuvo lugar en un contexto de crecimiento económico sostenido y reducción de la pobreza en la región gracias a políticas socializadoras, sin embargo, para el experto del organismo, Juan Pablo Jiménez, “la característica principal de la desigualdad en América Latina, no es el gran número de pobres, sino la alta concentración de la riqueza entre un número pequeño”.

Según datos de la compañía singapurense de consultores Wealth-X, que edita con UBS un informe mundial anual sobre los “ultra ricos”, en América Latina el número de multimillonarios, personas cuyo patrimonio es de al menos mil millones de dólares, estalló en un 38% hasta alcanzar a 151 individuos, más que en cualquier otra región del planeta. Algunas fortunas fueron repartidas entre varios herederos, que a su vez se volvieron multimillonarios.

Para medir la desigualdad se utiliza el Coeficiente de Gini, que indica ausencia de desigualdad cuando su valor es 0 y desigualdad total cuando es 1, y mientras el valor se acerca a alguna de esa cifra se señala más o menos igualdad.



[1] Las cifras aparecen publicadas en: http://www.elmundo.es/economia/2015/07/13/55a2d87e46163f7e088b4578.html (Consultado el 13 de julio de 2015)
[2] La declaraciones aparecen en este enlace: http://www.telesurtv.net/news/Rusia-apoyara-a-Grecia-a-recuperarse-economicamente-20150712-0032.html (consultado el 13 de julio de 2015)