miércoles, 22 de julio de 2015

DEL GRITO DE INDEPENDENCIA Y OTROS MITOS FUNDACIONALES

El pasado lunes festivo 20 de julio, muchos colombianos izaron el pabellón nacional para conmemorar los 205 años  de la Independencia de Colombia, aunque no todos conocen desde cuando se estableció esta fecha patria y otros tantos pensaban que jugaba la selección Colombia de fútbol, que a todas luces despierta más emociones y fervor patrio que la remembranza de los sucesos del 20 de julio de 1810, día de mercado en Santa Fe de Bogotá.

Dicen algunas versiones que ese día, alrededor de las 11 de la mañana en la fría capital del reino de la Nueva Granada, el comerciante Antonio Morales se dirigió a la casa del comerciante español, José González Llorente para pedir prestado un florero con el fin de usarlo esa noche en la cena de agasajo del comisario real, Antonio Villavicencio.

Al parecer, de antemano se sabía que Llorente no facilitaría el dichoso florero para que los criollos agasajaran a otro criollo -Villavicencio era natural de Quito-, por lo que el florero era la excusa para armar una revuelta, que una vez terminada en horas de la tarde, también serviría de excusa para conformar una junta de gobierno a instancias de José Acevedo y Gómez[1], quien luego sería conocido como el tribuno del pueblo.

Lo que quedó del florero de Llorente

Por eso es común que en las escuelas se enseñe que la libertad de Colombia se alcanzó el 20 de julio de 1810, cuando en realidad lo más cercano a la verdad es decir que en esa fecha inició el proceso de independencia que se consolidó -después de la llamada “Patria boba”[2]- el 7 de agosto de 1819 con la batalla de Boyacá, que terminó con el intento de reconquista de España, y se reafirmara en 1821 con la Constitución de Cúcuta, que no obstante, mantuvo la vergonzosa institución de la esclavitud.

Ese frágil mito fundacional de Colombia sólo fue establecido oficialmente mediante la Ley 60 del 8 de mayo de 1873, por el Congreso de Estados Unidos de Colombia (Presidencia de Manuel Murillo Toro), con la cual se fija como festivo el 20 de julio de cada año como aniversario de la proclamación de la independencia nacional, es decir, 63 años después  de lo ocurrido en la hoy conocida como Casa del Florero.

De esta manera, esta celebración oficial se suma al único emblema patrio aprobado hasta ese momento, que era la bandera, reglamentada el 26 de noviembre de 1861. Sin embargo, el pabellón de Colombia tiene su origen en la composición de tres colores primarios (amarillo, azul y rojo) creada en 1801 por el general venezolano, Francisco Miranda y que representaba a la Gran Colombia.[3]
A Miranda se le debe el tricolor que identifica a Venezuela, Colombia y Ecuador

El otro símbolo patrio, el escudo de armas de la República de Colombia, es el emblema heráldico que representa al país y remonta sus elementos constituyentes en el escudo aprobado por medio de la ley 3 del 9 de mayo de 1834, siendo presidente de la Nueva Granada, Francisco de Paula Santander. Finalmente el escudo es reglamentado por medio del decreto 3558 del 9 de noviembre de 1949[4]  y aprobado definitivamente -con algunas composiciones estéticas- el 6 de agosto de 1955.

En cuanto al himno nacional, su letra -conformada por un coro y once estrofas- fue escrita por el presidente Rafael Núñez[5] y la música fue compuesta por el italiano Oreste Sindici. La composición adquirió gran popularidad y fue rápidamente adoptada de manera espontánea como el himno nacional de Colombia, pero sólo sería oficializado en 1920, mediante la Ley 33 del 18 de octubre.


Decodificando el mito de la independencia
A partir de los siglos IV y III a.C., alejados de los centros ceremoniales  (que eran considerados manifestaciones extraordinarias del poder sagrado), empiezan a aparecen los primeros centros pablados, a los cuáles era necesario asociarles algunas narraciones a modo de mito de creación o de fundación[6] para explicar precisamente su surgimiento y exaltar la vida sedentaria. Ese mito fundacional desde entonces puede aludir a un hecho trascendental, un símbolo, un concepto, un personaje, una tragedia o una gesta heroica.

El historiador Miguel Ángel Urrego[7] dice que a diferencia de países como México, Perú, o los Estados Unidos, Colombia carece de un mito fundador fuerte, centralizado y unificador. Explica que en el caso mexicano el mito de origen se relaciona con la fundación de la ciudad de Tenochtitlán, y en el caso peruano, los incas surgen como voluntad de los dioses. Por su parte el mito de origen estadounidense está vinculado al anglicanismo, que para la época concibió la colonización como la expresión de la voluntad divina y como una oportunidad para realizar una tierra de libertad, oportunidad y trabajo. Aclara el historiador e investigador que:

Colombia, al carecer de comunidades con un grado de desarrollo similar al de otros grupos indígenas prehispánicos, no poseer importantes riquezas minerales explotadas durante la colonia y ser el catolicismo una religión con una visión premoderna del progreso material, no tuvo un mito que pudiese ser institucionalizado a partir de la independencia.

Eso explicaría por qué tan tardíamente el gobierno nacional -de manera un tanto artificiosa-, crea ese mito fundacional de Colombia exaltando la revuelta de aquel viernes 20 de julio de 1810. Esto ocurrió 63 años después, como ya se dijo, en 1873 cuando la presidencia de los Estados Unidos de Colombia estaba en cabeza del liberal tolimense Manuel Murillo Toro, quien en su discurso ante el Congreso fundamentó la decisión en considerar el levantamiento de ese día en Santa Fe, como el inicio de una campaña contra la dominación española que se cerró con las posteriores victorias militares de los patriotas en Boyacá (7 de agosto de 1819), Carabobo (24 de junio de 1821), Pichincha (24 de mayo de 1822) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824), y que impidieron la reconquista española dirigida por Pablo Morillo.

Es decir, se unió la revuelta de julio a batallas militares posteriores, al considerarlos parte de un mismo conjunto de hechos. Sin embargo, es  claro que los sucesos del 20 de julio no se inspiraron en los ideales de libertad pregonados por la Revolución Francesa de 1789, pues en ese momento la península española estaba invadida por tropas francesas y los criollos (descendientes de los españoles que hicieron la conquista) se sublevaron precisamente para seguir fieles a Fernando VII, quien en ese momento era prisionero de Napoleón Bonaparte, quien desde 1808 había instalado a su hermano José en el trono de España.

Muy por el contrario, la revuelta surge del miedo de que esos ideales de libertad contagiaran a las autoridades virreinales y terminaran aboliendo el negocio de la esclavitud, a través de los cuales los criollos mantenían sus fortunas.  Eso explica por qué la esclavitud sólo se abolió en 1851 (o sea, 14 años después que en la península). Los ideales libertarios e independentistas, si estarían presentes -o por lo menos más claramente insinuados- en la época de las épicas batallas mencionadas, escenificadas en lo que hoy son territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador  y Perú.

Además, es preciso analizar la coyuntura política del momento en e1 que se decide oficializar el 20 de julio de 1810 como Día de la Independencia y darle el carácter de mito fundacional. Los liberales detentaban el poder en 1873, más específicamente una facción de esta colectividad conocida como Los Radicales, quienes estaban empeñados en crear representaciones alegóricas del naciente e incipiente Estado-nación (bajo la forma federativa) como una manera de cohesionar el sentir nacional.

(…) el acto contundente es la puesta en escena, en los desfiles del 20 de julio, de la idea de unidad de los nueve Estados Federados, escenificada a través de representaciones de las particularidades simbólicas de cada uno, pero ungida como un solo cuerpo. Bajo esta concepción se considera que toda la simbología, que se manifestaba en la diversidad de cada Estado, dejaba ver también la unidad en la concepción de una nación y se debía oficializar a través de un solo festejo: el 20 de julio, día del nacimiento de "un pueblo libre, soberano, y digno de asistir al banquete de la civilización", como bien lo formulaban[8].

Es con base en estas acciones y situaciones, más políticas que sociales, que conmemoramos desde hace 142 y no 205 años, el 20 de julio como Día de la Independencia de Colombia. En esencia, como bien concluye el historiador Miguel Ángel Urrego -ya citado- el proceso histórico de creación de los mitos fundacionales de Colombia, ha obedecido a una lectura partidaria y no desde “una producción simbólica para dotar los habitantes del país de un destino común”.


[1] Nació en 1773, pero no se sabe si en Monguí (Boyacá) o Charalá (Santander). Desde 1809, hizo parte de las conspiraciones para deponer al virrey Amar y Borbón, y fue quien redactó el acta de la independencia de 1810.
[2] Así se denomina al conflicto surgido entre los criollos, que luego del ´Grito de Independencia´ se dividieron en dos bandos. Los centralistas abogaban por que el poder político se centralizara en Bogotá y los Federalistas que proponían el ejercicio del poder en cada provincia de forma autónoma e independiente.
[3] Creada por el Congreso de Angostura (1819) y conformada por Venezuela y la Nueva Granada (ratificada por el Congreso de Cúcuta de 1821) y a la cual se unieron después Panamá (1821) y Ecuador (1822).
[4] El escudo vigente en la actualidad recoge tanto los elementos dictaminados en 1834 como los descritos en 1924 y 1949, con sus respectivas mejoras estéticas.
[5] Inicialmente para celebrar la independencia de Cartagena, fue interpretado por primera vez el 11 de noviembre de 1887.
[6] El mito de Gilgamesh en Babilonia y el de Rómulo y Remo en Roma son ejemplos de ello.
[7] Ver su artículo: “Mitos fundacionales, reforma política y nación en Colombia”, Revista Nómadas, Número 8, pp. 10-18,  Bogotá, 1998
[8] Así lo explica el historiador Marcos González Pérez. Ver su artículo ¿Por qué se celebra el 20 de julio? en  Especiales revista Semana, disponible en: http://www.semana.com/especiales/articulo/por-que-celebra-20-julio/105325-3 (Consultado el 21 de julio de 2015).

No hay comentarios:

Publicar un comentario