miércoles, 5 de agosto de 2015

VENTA DE ISAGÉN: EMPRESAS FACHADAS DEL CAPITAL INTERNACIONAL DETRÁS DE LOS ACTIVOS DEL ESTADO COLOMBIANO

Esta semana el Consejo de Estado anunció que la decisión sobre la legalidad o ilegalidad del proceso de enajenación de la participación del Estado en Isagén será notificada a las partes en aproximadamente un mes, luego de que tanto el Gobierno como los demandantes presenten sus alegatos frente a más de 50 pruebas que fueron incluidas dentro del proceso.

Según el magistrado Hugo Bastidas, las solicitudes hechas a la Contraloría para determinar el impacto de la venta sobre la estructura patrimonial del Estado, los estados de pérdidas y ganancias de los últimos cinco años y el histórico del valor de la acción de la firma, entre otros, fueron entregadas y serán tenidos en cuenta para la decisión final.

Lo que esperamos todos los colombianos es que -en una sensata decisión- la sentencia final Consejo de Estado sea un fallo favorablemente a las demandas presentadas contra el decreto 1609 de 2013, que autoriza al Estado la enajenación del porcentaje de acciones que tiene la Nación en Isagén (57%).

Cabe recordar que la Sección Cuarta del Consejo de Estado -que lleva el proceso-suspendió provisionalmente desde marzo la venta de la generadora de energía, al estimar que se trata de un tema de trascendencia nacional por involucrar importantes recursos de la Nación.

El gobierno colombiano ha justificado la venta de la compañía en la necesidad de recursos para financiar las autopistas de cuarta generación (4G), que son consideradas trascendentales para la competitividad del comercio exterior. La necesidad de estas vías nadie la discute, lo que se pone en entredicho es que los recursos tengan que provenir de la venta de una empresa estatal exitosa.

Una generadora con muy buenos resultados
No se explica uno como el Estado, con criterios meramente fiscalistas, quiere salir de una empresa que ha mostrado niveles de utilidades superiores a los $400 mil millones de pesos durante todos los años de esta década y tiene enormes expectativas de crecimiento, sobre todo con la puesta en marcha de HidroSogamoso desde el año pasado.

Los ingresos del primer trimestre de 2015 aumentaron un 26% y las utilidades antes de impuestos un 33%, pese a que la utilidad neta disminuyó un 27%, pero debido fundamentalmente al impacto negativo que tuvo la reforma tributaria del año pasado sobre sus finanzas.

Entre abril y junio pasado la segunda generadora de energía del país, incrementó un 47% la producción de energía (3.549 gigavatios-hora), lo que se reflejó en un aumento de 7% en los ingresos, que sumaron $656.325 millones.
HidroSogsamoso durante la fase de construcción

En este lapso, el Ebitda (flujo de caja operativo) se incrementó el 146% al totalizar los $323.454 millones. La utilidad neta de Isagén cerró en $115.175 millones, es decir $33.389 millones más que en el segundo trimestre de 2014, con un incremento de 41%.

El buen desempeño entre abril y junio ayudó a compensar el impacto en los estados financieros del nuevo Impuesto a la Riqueza del primer trimestre. De esa manera, entre enero y junio, Isagén acumuló ingresos por $1.3 billones, un 16% más que en la primera mitad de 2014.

Por eso, Isagén está entre las 25 primeras empresas en Colombia. El Gobierno colombiano, que  posee el 57% , entre 2014 y 2020 podría recibir dividendos por más de $1.1 billones.

Además, en sí misma Isagén, es un mecanismo natural con el que cuenta el Estado colombiano para hacer un control de precios en la generación y comercialización de energía, pues actualmente maneja el 23% de la demanda energética del país.  

Actualmente la empresa estatal tiene una capacidad instalada es de 3.032 MW distribuida en 2.732 MW hidráulicos y 300 MW térmicos por la entrada en operación de la Central Hidroeléctrica Sogamoso en 2014. Opera siete centrales de generación de energía ubicadas en los departamentos de Antioquia, Tolima, Santander y Caldas.

Es la segunda generadora más grande de Colombia, lo cual la consolida como agente fundamental en el desarrollo de la industria de energía del país. Su participación  en la generación en el Sistema Interconectado Nacional (SIN) es de alrededor del 16%.

Empresas corruptas quieren quedarse con Isagén
Las tres empresas que están en la puja: Colbún de Chile, el fondo financiero Brookfield de Canadá y la francesa GDF Suez, cargan con escándalos de corrupción.

Colbún de Chile, privatizada en 1999, pertenece a los grupos Matte y Angelini, y a administradoras de pensiones de firmas como Principal Finnancial, MetLife y Sura.

Fue forzada a suspender en 2014 el proyecto HydroAysén, que quería ejecutar a toda costa en contra del ambientalismo austral. Colbún tiene comprometido el  64% de su capital y debe endeudarse para una eventual adquisición de la firma colombiana.

La austral Colbún fue acusada por haber dado coimas al  Partido Socialista y al Partido por la Democracia, para que el gobierno chileno privilegiara a la alemana Siemens en la compra de turbinas hidroeléctricas que no cumplían con las especificaciones requeridas, todo lo cual derivó  en la crisis energética que sufrió Chile en 1999.

La canadiense Brookfield. Por su parte, es un fondo de capital que ya tiene presencia en el sector energético colombiano, pues a finales de  2011 se hizo a la propiedad de la Empresa de Energía de Boyacá (EBSA), aportando solo el 25% de los recursos de la compra; el 75% restante corrió por cuenta de los ahorros de los colombianos en los fondos de pensiones.

El fondo Brookfield Asset Managment tiene en activos en energía, infraestructura y propiedades, con títulos listados en las bolsas de Nueva York, Toronto y Ámsterdam. Sus dueños son bancos canadienses, como Nova Scotia, Toronto-Dominion y el Royal Bank of Canada, así como fondos institucionales. Maneja activos por US$200.000 millones de dólares, el 70% de ellos en Estados Unidos, en Norte y Suramérica, Europa, Asia y Australia.

La francesa GDF Suez también ha protagonizado casos de corrupción en España que involucran al gobierno de Mariano Rajoy, hechos que derivaron en el arresto del secretario del Partido Popular, Francisco Granados.

GDF Suez -ahora ENGIE- es una compañía de electricidad, gas y servicios cuyo mayor accionista es el Estado de Francia. Sus activos suman 165.300 millones de euros y su deuda financiera es de 27.500 millones. Para apalancarse financieramente acaba de emitir este año bonos en Europa por 500 millones de euros a 20 años. Los prestamistas son Bank of America, Barclays, Crédit Agricole y BNP Paribas.

El atractivo mercado eléctrico colombiano
El mercado de electricidad en Colombia es bastante atractivo para las multinacionales, puesto que el costo de la energía para los usuarios está muy por encima del costo de vida, con la complacencia del gobierno, que a través  de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, CREG, hace las veces de regulador. Entre 2002 y 2015, el costo de generación en la tarifa subió el 108%, mientras que el IPC creció 58.5% y un oligopolio –incluida Isagén– maneja el 75% de este componente.



Además, el consumo, con cobertura del 96%, puede ampliarse más, puesto que el promedio por habitante es 1.123 KW-h/año, menos que Ecuador y Costa Rica y la mitad de Brasil, pero -según la UPME- crecerá a futuro al 3.9%.

Por eso está previsto que a partir del año 2018 aumentarán las exportaciones anuales, al despachar a Panamá 173 Gw-h., que se sumarán a las ventas actuales a Venezuela y Ecuador, de más de 700 Gw-h.

Como si fuera poco, la multinacional extrajera que se quede con el 57% de Isagén, pagando el precio base de $5.2 billones, gozará de otros beneficios e incentivos ocultos, pues tomará el control sobre $8.5 billones de activos. Además, como lo explica Aurelio Suárez Montoya en su columna de El Tiempo:

Al valorarse la empresa por flujos futuros, los activos sin incidencia directa en los ingresos (vehículos, lotes, etc.) se liquidan prontamente para recuperar la inversión por vía de descapitalizaciones, como pasó con Codensa. Esto sin descontar que en la tarifa, la variable WACC que remunera el capital invertido, se retribuye al doble que en otros países[1].

En consecuencia, el interés de los compradores –empresas fachadas del capital especulativo global- no es transmitir bajos precios ni su know-how al sector energético nacional, tampoco reemplazar al Estado como regulador natural.

Para terminar, es preciso recordar que esa tendencia privatizadora no es nueva, el proceso de venta de activos estatales inició a finales de la década de los 80´s, cuando los gobernantes nacionales (Virgilio Barco y sobre todo César Gaviria Trujillo) decidieron subordinar a Colombia a los mandatos del Consenso de Washington, que es un listado de políticas económicas consideradas durante los años 90 por los organismos financieros internacionales y centros económicos, con sede en Washington D.C[2] como el modelo económico a seguir por los llamados países en desarrollo.

 Las fórmulas abarcaban políticas en áreas tales como la estabilización macroecónomica, la liberación económica con respecto tanto al comercio como a la inversión, la expansión de las fuerzas del mercado dentro de la economía doméstica y la enajenación de activos estatales, entre otras.

Tras el apagón de 1992, en 1993 Gaviria anunció la reestructuración del sector eléctrico colombiano y un año después se publicó la Ley 143 de 1994[3] que abrió la puerta a la privatización de los servicios públicos. También siguieron por esta línea como política de Estado, Andrés Pastrana, Alvaro Uribe -aunque hoy diga que está en contra de las privatizaciones- y ahora Juan Manuel Santos con su intención de poner a Isagén en poder del capital especulativo internacional, so pretexto de necesitar esos recursos para construir las carreteras en doble calzada que tanto necesita Colombia.




[1]Isagén como commodity, ganga para el capital especulativo”, Aurelio Suárez Montoya, El Tiempo, mayo 18 de 2015. Disponible en: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/isagen-como-commodity-ganga-para-el-capital-especulativo-aurelio-suarez-montoya-columnista-el-tiempo/15772982 (Consultado el  31 de julio de 2015). 
[2] El término Consenso de Washington fue acuñado en 1989 por el economista John Williamson para describir un conjunto de diez fórmulas relativamente específicas dentro de un paquete de reformas "estándar" para los países en desarrollo azotados por la crisis.
[3] Por la cual se establece el régimen para la generación, interconexión, trasmisión, distribución y comercialización de electricidad en el territorio nacional, se conceden unas autorizaciones y se dictan otras disposiciones en materia energética.

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo. Es de recordar que ese interés privatizador ha alcanzado a los sectores sociales como la educación y la salud. siendo en este ultimo campo donde más se ha visto lo nefasto de dejar que sea el libre comercio quien regule las condiciones de prestación de este tipo de servicios que en realidad son derechos de los ciudadanos. El interés de privatizar a Isagen se encuentra en la misma línea de lo sucedido con UNE y lo que podría suceder en un corto plazo con EPM si ciertos personajes llegan a la alcaldía de Medellín.Han sido ya varias las intentonas por colocar el tema de EPM en la palestra pero el fracaso hasta ahora non garantiza que retornen los esfuerzos por hacerlo, y que decir de los intentos sobre la FLA? Todo bajo el supuesto paraguas de la globalización.

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  2. Por cierto muy buen blog. Siempre lo leo

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