Mucho revuelo han causado
en el país los resultados obtenidos por los estudiantes colombianos en las
pruebas diseñadas por el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por su sigla
en inglés), porque dejan muy mal parado nuestro sistema educativo frente a los
de los países más industrializados y avanzados económicamente.
Con sólo tener en cuenta que este es un proyecto de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), supuestamente “diseñado con el
objetivo de evaluar qué tan bien preparados están los estudiantes de 15 años de
edad para enfrentar los retos de la vida adulta”, se puede ver el sesgo, en el sentido de que
el conocimiento únicamente es el relacionado con el mundo económico de la
competitividad y productividad.
Bajo esta concepción cerrada y exclusivista, las
pruebas PISA se han convertido en el termómetro mundial de la educación y
promueven un modelo estándar de enseñanza y evaluación. Lo peor de todo es que
en razón de la cantidad de países que forman ya parte de este proyecto y de la
información detallada que se recoge sobre los sistemas educativos y su
funcionamiento, los resultados les sirven a las naciones como una guía para la
toma de decisiones y la definición e implementación de políticas públicas. Ello
se da siempre entendiendo a la educación articulada al sistema productivo, por
eso sólo tiene en cuenta tres áreas del conocimiento que inciden directamente
en el desempeño laboral futuro de nuestros jóvenes: matemáticas, lectura y
ciencias naturales, dejando de lado otras áreas del conocimiento como las
humanidades.
Antecedentes
La Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE) empezó a trabajar en el diseño de las pruebas
PISA a mediados de la década de los 90. Anunció su lanzamiento en 1997 y las
aplicó por primera vez en el año 2000 con una muestra de estudiantes de los 43 países miembros. Desde entonces, las
pruebas se presentan cada tres años haciendo énfasis en esas tres áreas (lenguaje, ciencias y matemáticas). Colombia
se unió al grupo de países evaluados en el 2006.
Los estudiantes son seleccionados a partir de una muestra aleatoria, son
elegidos en función de su edad, 15 años al principio de la evaluación, y no del
grado escolar en el que se encuentran (7º a 11º).
Las pruebas combinan preguntas de selección múltiple y de respuesta
abierta. Cada estudiante contesta un cuadernillo de prueba, además de un
cuestionario en el que se le solicita información sobre su vida personal,
familiar y escolar.
Una única concepción del conocimiento
Como decía, este proyecto -o engendro-
de la OCDE (Las pruebas PISA) es hoy por hoy el termómetro mundial de la
educación y en esa mediada sirve para promover un modelo estándar de enseñanza
y evaluación, bajo una óptica economicista del funcionamiento de la sociedad,
cuyos valores y competencias deben gravitar en ese sentido.
Como desde el punto de vista de la
OCDE, existe un solo mundo posible, el globalizado dominado por la economía basada
en el consumo, la idea es que a través del modelo evaluativo PISA exista un
solo modelo educativo y detrás de él, una única cultura, un único modelo de
bienestar y una única forma de los jóvenes insertarse al mundo productivo y
laboral, en el cual sólo el competente en matemáticas, lenguaje y ciencia puede
obtener el anhelado éxito económico.
Aún con esa concepción tan cerrada de
la educación, hay que anotar que las pruebas PISA sirven para identificar qué
se está haciendo mal en la formación de ciertas competencias, pero no dicen qué
se está haciendo bien en el sistema educativo de cada país. Además, como las
pruebas se presentan una vez cada tres años para estudiantes alrededor de los
15 años, los jóvenes no tienen opción de medirse en dos momentos distintos y
comparar resultados.
Pero, ampliando el contexto educativo
y yendo más allá de la mera concepción economicista neoliberal, hay que decir
que las pruebas solamente miden las competencias de los muchachos de diferentes
latitudes y contextos en las áreas de ciencias, lenguaje y matemáticas y no
evalúan todos los temas. Aspectos como la formación de valores y competencias
ciudadanas, el conocimiento que el estudiante tenga o deba tener sobre la
historia política, económica y social de su país quedan por fuera, porque
simplemente no interesan, no son
relevantes para su futuro desempeño laboral en un mundo globalizado.
“La pretensión de las PISA de ser una
prueba universal desconoce aquellas diferencias locales, especialmente en
países con altos índices de desigualdad económica y social, como Colombia”[1],
dice María Patricia Asmar, quien
agrega que esta
visión desconoce igualmente la complejidad de los procesos educativos y la
multiplicidad de factores y tensiones que operan en la institución escolar y
alrededor de ella.
Por su parte, Heinz-Dieter Meyer, de la Universidad
de Nueva York, en Albany, señaló el hecho de que la OCDE, como organización
dedicada al desarrollo económico, "tiene un sesgo en favor del papel
económico de la educación, olvidando que, en democracia, hay muchos otros
aspectos importantes de la educación pública: la salud, el desarrollo moral,
artístico y creativo; la participación cívica y la felicidad"[2].
Además, las pruebas PISA, no tienen en
cuenta las condiciones históricas particulares de cada país, las situaciones de
pobreza, el contexto social y muchas veces de conflicto, en los que están
inmersos los jóvenes, elementos que indudablemente inciden en los resultados y
hacen parte de la calidad en educación, entendida en un contexto más amplio.
Meyer cuestiona además que la OCDE deje las pruebas
en manos de "compañías multinacionales con ánimo de lucro que quieren
ganar dinero"; y alerta que estas empresas tienen colegios en Estados
Unidos y planes de establecerse en África, donde la OCDE quiere introducir el
programa PISA.
Malos resultados para Colombia
En 2012, Colombia participó por tercera vez en las pruebas PISA, junto
con otros 64 países, 34 de la OCDE y 31 países y economías asociadas.
Los países latinoamericanos que formaron parte de la edición 2012
fueron: Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Costa Rica, México, Perú y Uruguay.
En todas las áreas, los puntajes promedio de los países latinoamericanos son
significativamente inferiores al promedio OCDE.
La muestra en Colombia se compuso de 9.073 estudiantes de 15 años de
edad de 352 instituciones educativas (oficiales y privadas, urbanas y rurales),
que representaron a 559.674 estudiantes a nivel nacional. Además, se contó con
sobremuestras para Bogotá, Cali, Manizales y Medellín.
De acuerdo con la información oficial del Icfes[3],
en matemáticas, el puntaje de Colombia (376) es inferior a los obtenidos por 61 países y no
es estadísticamente diferente de los observados en los países que obtuvieron
los tres puntajes más bajos: Catar, Indonesia y Perú. En ciencias, el puntaje
de Colombia (399) es superior al de estos tres países, inferior a los
observados en 57 países y sin diferencias estadísticas con los de Argentina,
Brasil, Túnez y Albania. En lectura, el puntaje de Colombia (403) es inferior a
los de 53 países, similar a los puntajes de siete países (Uruguay, Brasil,
Túnez, Jordania, Malasia, Indonesia y Argentina) y superior a los de Albania,
Kazajistán, Catar y Perú
Detalla el informe que en matemáticas, el 74% de los
estudiantes colombianos se ubicó por debajo del nivel 2 y el 18%, en el nivel
2, lo que equivale a decir, que solo dos de cada diez estudiantes pueden hacer
interpretaciones literales de los resultados de problemas matemáticos; además,
emplean algoritmos básicos, fórmulas, procedimientos o convenciones para
resolver problemas de números enteros, e interpretan y reconocen situaciones en
contextos que requieren una inferencia directa.
En lectura, el 51% no alcanzó el nivel básico de competencia, y el 31%
se ubicó en nivel 2, lo que significa que sólo tres de cada diez estudiantes
colombianos pueden detectar uno o más fragmentos de información dentro de un
texto; además, reconocen la idea principal, comprenden las relaciones y construyen
significados dentro de textos que requieren inferencias simples, y pueden
comparar o contrastar a partir de una característica única del texto.
En ciencias, el porcentaje de estudiantes por debajo del nivel 2 es
superior al 50%, no solo en Colombia sino también en Brasil, Argentina y Perú.
En nuestro país, el 31% se ubicó en el nivel 2, lo cual significa que empiezan
a demostrar competencias que les permiten participar de manera efectiva y
productiva en situaciones de la vida asociadas a la ciencia y a la tecnología,
lo que implica un conocimiento científico con base en el cual se dan posibles
explicaciones en contextos familiares o sacar conclusiones basadas en
investigaciones simples.
Hacia dónde debe ir Colombia
Es indiscutible que ni siquiera a la luz de ese modelo economicista,
sesgado e incompleto que tiene la OCDE sobre lo que debe reunir un buen sistema
educativo, el país sale bien librado, al juzgar por los resultados que acabamos
de detallar.
Por tal razón Colombia -como lo hace
la mayoría de los países involucrados en la medición- se preocupa prácticamente
sólo por mejorar en el ranking. Rosa María Torres del Castillo, investigadora y
pedagoga ecuatoriana, en su blog Otra Educación refleja el sentir de
estos países frente a las pruebas: “las conclusiones y las recomendaciones que
se derivan de dichos estudios y evaluaciones terminan en letra muerta […]
quedando como principal preocupación de los gobiernos subir a como dé lugar
puntajes y ranking en la próxima prueba, asumiendo que allí se juega todo y que
en eso consiste el mejorar la calidad de la educación"[4].
Eso explica por qué el Ministerio de Educación de Colombia está empeñado
en mejorar en las tres áreas que evalúa PISA: matemáticas, lectura y ciencias
naturales -en las que indiscutiblemente hay que mejorar- pero se olvida de
otros aspectos quizás igual, o más relevantes.
Por eso, más allá de los desastrosos resultados de Colombia en esas
áreas del conocimiento evaluadas internacionalmente por la OCDE; el país debe
entender que una educación más integral, no se puede reducir únicamente a esos
conocimientos. El gobierno colombiano debe tener a la educación como prioridad
nacional, pero no únicamente para mejorar en la clasificación PISA, sino
desarrollando planes y programas, a corto, mediano y largo plazo, serios y
sostenibles, liderados por personas conocedoras y pertenecientes al sector
educativo, que aboguen por una concepción más completa de la educación en la
que quepa el ser humano de manera integral.
En consecuencia esos planes y proyectos deben mejorar las condiciones de
los niños y jóvenes con comedores escolares, brindar una atención en salud y
psicológica de calidad, ofrecer verdadera gratuidad en la educación y bienestar
estudiantil, mejorar las condiciones laborales de docentes con exigencia de
resultados, al tiempo que se debe favorecer su formación y capacitación
permanente. Además, se debe hacer una ambiciosa intervención en las plantas
físicas desde el punto de vista de su infraestructura, dotar las escuelas y
colegios de equipos y muebles e
incrementar el acceso y cobertura para la educación oficial a internet y en
general a las TIC.
Esas son algunas -entre muchas otras- acciones urgentes que requiere el
sistema educativo colombiano, que seguramente demandan grandes inversiones pero
ante todo una gran decisión política para mejorar la calidad de la educación
con una visión más integral, lo cual -aunque seguramente se verá reflejado en
mejores resultados en las pruebas PISA- contribuirá a formar colombianos más
íntegros y con mejores conocimientos y valores, que es lo verdaderamente
importante.
[1] “Las falacias de las pruebas PISA", domingo 31 Mayo 2015, escrito por María Patricia Asmar,
Gerente de
Gestionamos para Educar. Disponible en: http://www.razonpublica.com/index.php/econom%C3%ADa-y-sociedad/8490-las-falacias-de-las-pruebas-pisa.html (Consultado el 12 de agosto de 2015).
[2] Diario El País
de España, “Pruebas PISA bajo
críticas de expertos”, artículo publicado el 10 de mayo de 2014. Disponible en:
http://www.elpais.com.uy/mundo/pruebas-pisa-criticas-expertos.html
(Consultado
el 16 de agosto de 2015).
[3] Disponible en: http://www.icfes.gov.co/investigacion/evaluaciones-internacionales/pisa (Consultado el
16 de agosto de 2015).
[4]
http://otra-educacion.blogspot.com/ (Consultado el
13 de agosto de 2015).
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